"El escándalo por el Presupuesto", por Luis Majul

El periodismo ficcional en los diarios argentinos crece día a día. Luis Majul, quien ganara una cuantiosa suma gracias a su libro "El dueño" (que se presenta como una investigación, pero en realidad se sustenta en rumores, trascendidos, notas plagiadas de internet, fuentes anónimas e incomprobables), es uno de los mejores exponentes gráficos de la titánica tarea de inventar situaciones y diálogos, implicando a todo aquel que le pinte.
Como en Paparruchada no queremos ser menos, y a pedido de uno de nuestros pasantes, Majul nos cuenta la verdad sobre "El escándalo por el Presupuesto".

"El escándalo por el Presupuesto"
por Luis Majul


Elisa Carrió, de la Coalición Cívica; Cynthia Hotton, del monobloque Valores Para Mi País; Elsa Álvarez, de la UCR. Tres figuras intachables, con una trayectoria probada y un nombre que las respalda. Ellas fueron las valientes heroínas que denunciaron las "presuntas" coimas y presiones políticas para votar el Presupuesto.
Pero un relevamiento de las fuerzas opositoras indica que son 15 los legisladores que recibieron llamadas desde el oficialismo instándolos a cambiar su voto. Rechazaron las propuestas, pero la mayoría de ellos se niega a hacer la denuncia, básicamente por que no quieren "perder todo el día haciendo trámites", tal como dijo uno de ellos.
Eran las 10 de la noche cuando Elsa Álvarez recibió un llamado. Tardó en contestar por que estaba en el sillón tomando un whisky y el teléfono le quedó lejos. Del otro lado un alto funcionario de Santa Cruz le sugirió que se “levante de su banca”. Más precisamente le dijo "No lo tomes a mal pero necesitamos que te retires de la votación". Ella no lo tomó a mal, en realidad ni lo tomó, lo que tomó (de nuevo) fue el whisky. Al rato recibió el segundo llamado: era un alto ministro nacional “pingüino”. El hombre preguntó cortésmente si no podía "dejarse de romper las pelotas" y agregó "¿ahora te venís a hacer la loca?, si tantas veces hicimos arreglos...". Álvarez tuvo ganas de ir al baño así que le dijo "bancame un cachito" y se fue al toilette. Cuando volvió se había cortado la comunicación. Al rato, hubo un tercer llamado, era el alto funcionario de Santa Cruz quien le expresó "¿dale qué te retirás de la votación?. Si, dale, copate y no votes". Álvarez se acordó que había dejado la puerta de la heladera abierta, le cortó y se fue.
Unos minutos después, pónele tipo 22:47, sonó el celular de Cynthia Hotton, lo supo por que comenzó a escuchar "la cumparsita", el tema que usa como ringtone. "Hola, soy una persona del oficialismo. Te ofrezco favores a cambio de que votes el presupuesto o te ausentes", le dijo. "Mi voto no está a la venta", le dijo ella. "Yo no hablé de guita", le dijo él. "Entonces menos", dijo Hotton. "Ah, bue, ¿y de qué forma podemos arreglar?", dijo él. "¿Y vos qué proponés", le dijo ella. "Y... ¿sos casada?", le dijo él. "No", le dijo ella. "¿Una cena?", le dijo él. "¿Eso solo?", le dijo ella. "Si querés te llevo a tomar un helado, después al cine, a cenar y después vamos a un boliche a romper la noche...", le dijo él. "No, no, no me cierra", le dijo ella. "Ah bueee, pero sos una histérica", le dijo él. "¿Y vos qué?, ¿no serás puto?", le dijo ella. Tras esto él la mandó a cagar y cortó.
Y así fue. Esos son sólo dos de los minuciosos llamados con los que el kirchnerismo intentó torcer el resultado de una votación. Sólo dos de quince llamados (ni me imagino lo que deben haber gastado en teléfono). Entretanto, la muerte acecha en cada esquina y el gobierno no hace nada. Así andamos.

9 comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...