Fuerte jugada de las tabacaleras: aseguran que Cristo fumaba


Los últimos años han sido muy duros para el negocio de las marcas de cigarrillos. En gran cantidad de países las leyes se han ido endureciendo, poniéndoles severas restricciones a la hora de hacer publicidad, aumentando los impuestos al tabaco, creando cada vez más espacios públicos 100% libres de humo, y aumentando los montos de las indemnizaciones por daños causados por el consumo de cigarrillos. Además las campañas anti-tabaco se han convertido en una política pública estándar de cualquier gobierno moderno.
Como consecuencia de todo lo anterior, la cantidad de fumadores activos y pasivos ha decrecido significativamente en los últimos años, generando importantes deterioros en la rentabilidad de las tabacaleras, que ahora parecen tener una nueva carta de triunfo sobre el bien común: la imagen del "Cristo fumador",
Aunque algunos científicos han descalificado el hallazgo, antropólogos contratados por R. J. Reynolds Tobacco Company afirman haber encontrado una especie de "santo sudario" para los amantes de la nicotina: la ilustración de Jesús "fumándose un puchito", que tendría casi 2.000 años de antigüedad.
Si bien aún no ha dado a conocer la imagen reveladora, que podría cambiar para siempre la forma en que entendemos la religión, Paparruchada ha podido acceder a una copia del primer afiche de la campaña publicitaria "Cristo fuma", que en breve podrá verse en las calles de las principales ciudades del mundo.
Por otra parte, la tesis de las tabacaleras que afirma que Cristo amaba fumar tanto como hacer el bien al prójimo, ha encontrado un inesperado apoyo de varios teólogos que aseguran que eso se sustenta en un hecho histórico insoslayable: los evangelios indican que la vida pública de Jesús comenzó cuando tenía alrededor de treinta años y nunca hubo una sola prueba de que fumara, pero como la ilustración del "Cristo fumador" dataría de una fecha anterior a ese período, "queda totalmente probado que Jesús dejó de fumar porque le costaba correr en las lapidaciones", y de esa manera conservó su vida para luego sacrificarla por el bien de la humanidad toda.
Si bien se ha determinado que los primeros cultivos de tabaco se dieron entre cinco mil y tres mil años A.C. en la zona andina y recién en el siglo XIX se inventó el cigarrillo tal cual hoy lo conocemos, la aparición del "pucho" en la mano de Cristo se trataría de otro milagro.
"Nadie cuestiona que haya multiplicado los peces, ¿así que por qué no iba a poder hacerse un cigarrillo y disfrutar de ese placer antes de dar su vida por nosotros?", asegura Philip Benson, un teólogo a sueldo altamente reconocido en Reino Unido -excepto en Irlanda-.
Hasta el momento la Iglesia no ha expresado si dará apoyo o no a esta controvertida teoría. Sin embargo las tabacaleras ya han enviado cartas a clérigos de todo el mundo para pedirles que al final de cada sermón digan que "fumar nos acerca en cada pitada" y exhiban en sus altares la imagen del "Cristo fumador". A cambio ofrecen compartir los servicios de los abogados que ellas utilizan para evitar pagar cuantiosas indemnizaciones por daños causados por el cigarrillo, y usar la misma estrategia de defensa: el cáncer y el abuso de menores serían efectos secundarios provocados por aquellos que se hacen llamar víctimas, y que luego inician demandas judiciales millonarias para enriquecerse sin trabajar, a costas de instituciones que día a día, y sin medir esfuerzos, tratan de hacer del mundo un lugar más bello para vivir.

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