La nueva publicidad de AFIP con Don Carlos

Paparruchada entrevistó nuevamente a los creativos publicitarios que pergeñaron la segunda parte del aviso televisivo de la AFIP conocido popularmente como “la propaganda del garca de Don Carlos”, y les pidió que lo explicaran segundo a segundo. A continuación, usted tendrá la oportunidad de entender cómo se seleccionaron los personajes, situaciones y diálogos de la publicidad oficial más polémica de los últimos tiempos.

1. La nueva publicidad comienza con un plano de Don Carlos junto a su nuevo contador (no es el mismo del aviso anterior) y el supervisor, pero esta vez están organizando el sorteo de un auto. ¿Cómo consiguió el vehículo?
Don Carlos, muy hábil para los negocios, le propuso a cada uno de sus empleados regalarle un día de vacaciones adicional por cada 100 facturas de compra que le trajeran, sin explicarles los motivos. Casi todos los trabajadores intentaron alcanzar el número pero sólo cinco de ellos llegaron a juntar las 100 facturas, por lo que Don Carlos se hizo de 500 boletas. Las cargó por internet, porque tiene computadora y conexión de banda ancha, y le significaron 41 chances de ganar el auto que la AFIP sortea mensualmente. “Esto es un negocio redondo”, pensó el empresario.

2. Don Carlos comienza a hablarle a sus empleados con un “Bueno muchachos…”. A la izquierda de la imagen se encuentra José Rivarola que, al igual que en la primera publicidad, viste una remera de La Renga. Lo poco que le paga Don Carlos no le permite a José superar la línea de indigencia, por lo que posee solamente una remera, que usa de lunes a viernes para ir a trabajar y los sábados para ir a bailar; los domingos anda en cueros todo el día porque tiene que lavar y secar al sol su única remera.
También se lo ve a Ernesto "pato" Galvanesi, un grandote que aparece atrás. Fue físico culturista y hasta hace poco trabajaba de patovica. Lo echaron por que golpeó con mucha saña a un pibe en la puerta de un boliche del conurbano bonaerense. Tiene una "causita" pendiente que le impide
conseguir trabajo. Don Carlos le dio una mano, trabaja para él en la fábrica y también es su custodio personal en algunos eventos. Es además el "rompehuelgas" de la fabrica. Todo por el mismo precio, o sea: por un único sueldo en negro.
Don Carlos espeta una sonrisa y continúa con "desde hace cinco minutos...tengo un auto nuevo".

3. Juan González levanta y aprieta el puño y arenga a su patrón con un "¡Bien, Don Carlos!". Cree que lamiendo traseros llegará lejos, o al menos su patrón le perdonará la deuda que está pagando por haber quemado accidentalmente la fábrica años atrás. Este "besa-nalgas" es despreciado por el resto de sus compañeros, que están convencidos que González es quien "buchonea" las críticas que le hacen los trabajadores a su jefe. ¿A qué no saben quien fue el primero en juntar las 100 facturas?
José Rivarola le dedica una mirada despectiva a Juan Gonzalez, con la tipica cara de "callate soba-anos, que ahora seguro nos rompen el upite a todos".

4. Don Carlos se refiere a su coche nuevo: "un chiche, un cero ka eme". Marcos "merluza" Panigutti se pregunta el significado de la frase, no comprende, nunca tuvo juguetes.
Por su parte, Arturo Fernández, que ya en la anterior publicidad miraba a su patrón con desconfianza, ahora repite la misma mirada, demostrando una incapacidad total para expresar las emociones a través de su rostro. Solo pone esa cara. Igual se cuida porque sabe que "González anda buchoneando".

5. Don Carlos pregunta si alguien sabe lo que es el "IVA y vuelta". Panigutti responde con una claridad conceptual asombrosa: "que hay que mandar las boletas de lo que comprás", y luego se rasca. Se rasca porque es pobre, y entonces es muy normal que tenga pulgas y sarna, además de malos modales.

6. Don Carlos les cuenta sus empleados que como "bancaron mucho" ahora va a sortear un auto entre todos. Lo que los trabajadores no saben es que ese "bancaron mucho" significó el valor de un auto por mes durante cinco años gracias a lo que Don Carlos no pagó en jubilaciones de todos los que estaban en negro. Con esa platita se hizo la casa de fin de semana en Pinamar.

7. Wilmer Ferreyra, ilusionado, pregunta si se sorteará el auto nuevo. Wilmer entró a la fábrica para cubrir el cupo de
"empleado desdentado" que dejó vacante Aldo Gomez (ver publicidad anterior). Hasta hace poco vivía en Santa Fe y cantaba en Los Palmas, una banda de cumbia con la que quizo probar suerte en Buenos Aires. Lamentablemente la banda no prosperó porque todos consideraban que su grupo era "un choreo de Los Palmeras". Igualmente tuvo la suerte de que actuando en un cumpleaños de 15 conoció a Don Carlos, a quien le encantó su tema "Bocadito Homicida", y lo contrató, pero para trabajar en la fábrica. De vez en cuando Don Carlos le pide "cantate un temita, pero nada de negradas".

8. Posteriormente Don Carlos aclara que el auto "nuevo es para papito, voy a sortear el viejo, tiene dos añitos nada más, está pipí cucú". Lo que los empleados no saben es que el auto "viejo" de Don Carlos está fundido, por eso lo sortea, así lo puede tomar como gasto en el impuesto a las ganancias y se ahorra más de 10.000 pesos. Don Carlos fundió el auto las últimas vacaciones, yendo a Brasil, ya que su mujer le insistió para ir en auto por que tiene miedo a volar.

9. Los empleados aplauden el gesto y Don Carlos avisa que va a sortear el auto expresando su ya clásica frase "tudo bom, tudo legal" y aclarando cómicamente, para agregarle su sello, "miren que yo no me puse". Aparece a continuación Gilbert Mamani, un inmigrante boliviano indocumentado. Don Carlos le dijo "vos arrancá a laburar y después vemos el tema de los papeles". Obviamente está en negro y teniendo en cuenta la experiencia del resto de los trabajadores con suerte lo blanquean dentro de 6 o 7 años.

10. Don Carlos se va en el auto nuevo que le acaba de entregar la AFIP. Mientras maneja a su casa Don Carlos piensa: "nunca pagué impuesto a las ganancias, financié la deuda previsional de los pibes de la fábrica a diez años con condonación de multas e intereses, y ahora encima me regalan un auto, ¡tudo bom con la AFIP!".

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