Según una encuesta de la consultora “Ekiz”, diez de cada diez obreros de la construcción creen que la mezcla que ellos utilizan en su trabajo diario se llama “porlan” y cero de cada diez obreros conoce la ciudad estadounidense de “Portland”, nombre correcto de la mezcla. Curiosamente cero coma uno de cada diez nativos de la ciudad estadounidense de Portland conoce de la existencia de la Argentina, y más extraño aún es que en Portland no se produce, comercializa o utiliza el “porlan”.
El “porlan” es una sustancia polvorienta con propiedades químicas y físicas similares a las de la cal asiática. Entonces “emporlar” es echar “porlan”, o sea echarse un polvo.
El uso de esta palabra es muy común en la jerga de la construcción. Ocho de cada diez veces que una mujer pasa por una obra en construcción los obreros utilizan la palabra “emporlar”. Algunos ejemplos: “Mami, subite al andamio que te emporlo en el acto”, “Si las flores hablaran, te emporlo en el acto”, “Un pimpollo te daré, y en el acto te emporlaré”.
Por último es también común escuchar la palabra “aporlanado” para referirse a aquel que sufre de desgano, en reemplazo del más usual “pajeado”.
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