Facundo Arana confiesa el flagelo de su adicción a la solidaridad, y crea la "fundación para la recuperación del solidario compulsivo"

Facundo Arana es solidario. Mucho. Muchísimo. Tanto que, lo que parecía un acto de bien, se le ha vuelto en contra ya que el actor acaba de confesar su adicción a la solidaridad.
La desmedida solidaridad de Arana lo ha llevado a hacer cumbre en el Aconcagua para promocionar acciones solidarias como la donación de sangre y de órganos para transplantes, saltar de un helicóptero para promocionar la donación de sangre, poner la cara para la campaña "Soy Boluntario: un Boludo que cree que puede cambiar la realidad de este país”, donar dinero a la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer, pedir colaboración para Agustín Bustos Fierro (el adolescente cordobés que sufre de una enfermedad degenerativa), y participar de la campaña 48 hs por Candela Rodríguez, entre otras muchas acciones.
Pero Arana ya no da más. La solidaridad se le ha vuelto una adicción: depende de dicha actividad, los deseos por ser más solidario consumen sus pensamientos y comportamientos (síndrome de abstinencia), y éstos actúan en aquellas actividades diseñadas para conseguir la sensación o efecto deseado y/o para comprometerse en la actividad deseada (comportamientos adictivos).
Por eso Arana creó la "fundación para la recuperación del solidario compulsivo". Para la misma, se mostrará como la cara de la campaña, donará dinero, la promocionará tirándose en paracaídas y recorrerá los medios contando su iniciativa. Pero la cosa no parece tan fácil: algunos ya denuncian que lo hace en su afán de ser aún más solidario y piden que lo internen para rehabilitarlo del flagelo que lo aqueja. Tarea difícil, pero no imposible.