
Y sí, a veces uno se harta de tanto triunfar. A mi me pasa, a vos te pasa, seguro que a todos nos pasa: es uno de los peores flagelos de la modernidad. Por eso, si te agobia que tu carrera sea una sucesión interminable de éxitos, si estás decidido a no seguir sumándole dinero a tus pesadas arcas y si pensás que las dos minitas que te curtiste en tu vida son más que suficientes, nuestro staff, asesorado por un selecto elenco de periodistas especializados que pidieron conservar el anonimato, te ofrece una infalible Guía Rápida para que la prensa de rock ignore por completo tu disco y así tu camino al estrellato se riegue de esos obstáculos que tanto te gustan. (Publicado originalmente en SEBUP por Ringo Starr)
¿Vos y tus tres amigos pusieron guita para el estudio, empeñaron un riñon cada uno para pagar el diseño y la fabricación de 200 copias y le pagaron una torta a un prensero para que lo distribuya, pero al final se arrepintieron y quieren autosabotearse? ¿O, en todo caso, se la juegan a convertirse en una de esas bandas que las revistas detestan pero que igual llenan Obras porque tienen “mística”? Sigan estos diez consejos y se los garantizamos: ningún periodista de rock que se precie de tal conservará su disco por más de cuatro (4) minutos en sus manos. ¡O quizás hasta lo tire sin siquiera sacarle el nylon! SEBUP: indiferencia periodística garantizada o les devolvemos el 10% de su dinero.
1) PONETE UN NOMBRE QUE EMPIECE CON “LA”
El periodista especializado jamás escuchará un disco de rock chabón/ stone, por razones estadísticas: si de los últimos diez que recibió, doce eran una poronga, no hay duda de que el tuyo también lo será. Así que, ¿para qué va perder tiempo con “La Paraguaya”, “La Renoleta” o “La Tuberculosa” si puede estar escuchando el ultimo de Van Morrison que le acaba de llegar en el sobresotototote de Universal? Ponete un “La” y no sólo te vas a asegurar ser soporte de otro “La” en El Teatro de Flores: también tus niveles de indolencia periodística serán colosales.
2) USA COMO NOMBRE EL DE UN TEMA DE OTRA BANDA MAS CONOCIDA
Sí, ya sé, los Rolling Stones, Muddy Waters y sarasa. ¿Pero a vos te parece que si te llamás “Enlace”, “Mariposa Pontiac” o “Clics modernos” alguien te va a tomar en serio? Ya, de movida, te asegurás un techo de no más del 0,5% del éxito del que te prestó el nombre (nótese el uso de la palabra “techo”: es eso, o algo todavía más bajo). Y aunque igual te parezca mucho, no, no es mucho: vas a terminar tocando covers en Acatraz. O sea… ¡objetivo cumplido!
3) USA REFERENCIAS AL BARRIO EN EL TITULO DE LOS TEMAS
“Hijos de la 1-11-14”, “La esquina aguanta”, “Birra en el kiosco”… no, no es la lista de temas del disco de la nueva banda de Toti Iglesias: son ejemplos de títulos que te van a garantizar la repulsión del cuarto poder. Aunque tené cuidado y no abuses, porque podés lograr que tres o cuatro periodistas juntos en plan de joda lo pongan para cagarse de risa y decir “oh, jo jo jo, que barbaridad, esto no se parece en nada a Van Der Graaf Generator”. Y la idea era que lo tiren a la basura inmediatamente, acordate.
4) USA RASTAS / SÉ UN ROÑOSO
Por alguna razón indeterminada hay un altísimo índice de mugrientos, rastosos y hippies tardíos en el sector demográfico rockero conocido como BDM (Bandas de Mierda). El cupo de sucios escuchables está cubierto con Karamelo Santo y, si agarrás mansito al periodista, algún grupo de reggae que no se llame Chala Rasta, Faso Venenoso o Completamente Del Orto. Los otros 68.948 que llegan cada semana van al tacho sin escalas.
5) AFILIATE A LA UMI Y PONE EL LOGO EN EL DISCO
Sáltennos con las manos al cuello si quieren, pero el 95% de los discos que llegan con el logo de la Unión de Músicos Independientes son de bandas cuya autoestima triplica o cuadruplica a su talento. Quizás paguen justos por pecadores, pero si te quemás con tres hornallas, ¿vas a meter la mano en la cuarta a ver si esa sí está fría? Mejor dejarlo stand by hasta que alguien venga con una opinión formada o directamente cedérselo gentilmente al personal de limpieza. Total, si al final resulta que estaba bueno, siempre hay tiempo para pedirlo de nuevo.
6) PONELE AL DISCO UN TITULO “COMBATIVO”
Estudio en Sociales, uso pulóveres de pelo de llama (sintética, claro), me voy de vacaciones a Valentín Alsina para estar en contacto con la masa popular y, cuando vuelvo, armo una banda y grabo un disco al cual bautizo El yugo capitalista, El sufrimiento de mi pueblo o ¡Uh, che, pero qué fea es la miseria! Resultado: desinterés periodístico garantizado. ¿Viste ese preciso instante en el que León Gieco usó por 7.293ª vez la palabra “injusticia” en una de sus canciones? Bueno, exactamente ahí se agotó la paciencia de la crítica especializada.
7) HACETE EL GRACIOSO
Caso real: Parado como un boludo de Monclús Ventosa y Corriendo en bolas de Sr. Valdéz llevan ya cuatro y dos años respectivamente juntando mugre, con nylon y todo, en la redacción de conocido medio rockero local. Si quiero chistes voy a ver a Corona, campeón. Y vos no sos ni un microbio en la uña del dedo chico del pie de Zappa, así que tu disco lo mando embolsado, Vía Camión, al Cinturón Ecológico, si no te jode.
8) PONELE AL DISCO UN PACKAGING INCÓMODO
Salvo que ya seas una banda conocida a la que se le banca cualquier cosa, meter tu disco en una caja de zapatos color caqui pegada sobre el lomo de un chingolito rengo, abrochado al occipucio de un enano vestido con la camiseta de Temperley solo generará incomodidad en el periodista, que no podrá ubicarlo debidamente en el mueble de caoba que encargó a tales efectos. Ergo: lo tira a la mierda.
9) HACÉ FUNK
Si desoíste todos los consejos anteriores, o tuviste la desgracia de encontrarte con un periodista con suficiente tiempo libre como para escuchar cualquier bosta que le llega, todavía estás a tiempo de espantarlo rápido: te bastan apenas cuatro compases de ese pseudo funk genérico argento, carente de groove y ni-un-poco-negro que suelen tocar, queriendo pasar por “eclécticas”, esas bandas a las que vas a ver para hacerle el aguante a un amigo en alguna sociedad de fomento, con la anticipada a 5 pesos, cuando tenés 17 años. Odio garantido.
10) HACE “MURGA N’ ROLL”
Con Jaime Roos estaba todo bien. A Los Piojos los bancábamos porque, bueno, era medio una copia, pero podía pasar por “adaptación al lenguaje musical rockero argentino”. Ya para la época de Libertinaje de Bersuit le empezó a romper las pelotas a todo el mundo. Y desde Las Pastillas del Abuelo para acá, cualquier cosa que tenga tambores es digna de usarse para practicar puntería desde el escritorio hasta el cesto. Tolerancia cero: si te hacés el murguero, felicitaciones, te van a dar la misma cantidad de pelota que si salieras a decir que sos el hijo no reconocido de China Zorrilla y Boy George.
¿Vos y tus tres amigos pusieron guita para el estudio, empeñaron un riñon cada uno para pagar el diseño y la fabricación de 200 copias y le pagaron una torta a un prensero para que lo distribuya, pero al final se arrepintieron y quieren autosabotearse? ¿O, en todo caso, se la juegan a convertirse en una de esas bandas que las revistas detestan pero que igual llenan Obras porque tienen “mística”? Sigan estos diez consejos y se los garantizamos: ningún periodista de rock que se precie de tal conservará su disco por más de cuatro (4) minutos en sus manos. ¡O quizás hasta lo tire sin siquiera sacarle el nylon! SEBUP: indiferencia periodística garantizada o les devolvemos el 10% de su dinero.
1) PONETE UN NOMBRE QUE EMPIECE CON “LA”
El periodista especializado jamás escuchará un disco de rock chabón/ stone, por razones estadísticas: si de los últimos diez que recibió, doce eran una poronga, no hay duda de que el tuyo también lo será. Así que, ¿para qué va perder tiempo con “La Paraguaya”, “La Renoleta” o “La Tuberculosa” si puede estar escuchando el ultimo de Van Morrison que le acaba de llegar en el sobresotototote de Universal? Ponete un “La” y no sólo te vas a asegurar ser soporte de otro “La” en El Teatro de Flores: también tus niveles de indolencia periodística serán colosales.
2) USA COMO NOMBRE EL DE UN TEMA DE OTRA BANDA MAS CONOCIDA
Sí, ya sé, los Rolling Stones, Muddy Waters y sarasa. ¿Pero a vos te parece que si te llamás “Enlace”, “Mariposa Pontiac” o “Clics modernos” alguien te va a tomar en serio? Ya, de movida, te asegurás un techo de no más del 0,5% del éxito del que te prestó el nombre (nótese el uso de la palabra “techo”: es eso, o algo todavía más bajo). Y aunque igual te parezca mucho, no, no es mucho: vas a terminar tocando covers en Acatraz. O sea… ¡objetivo cumplido!
3) USA REFERENCIAS AL BARRIO EN EL TITULO DE LOS TEMAS
“Hijos de la 1-11-14”, “La esquina aguanta”, “Birra en el kiosco”… no, no es la lista de temas del disco de la nueva banda de Toti Iglesias: son ejemplos de títulos que te van a garantizar la repulsión del cuarto poder. Aunque tené cuidado y no abuses, porque podés lograr que tres o cuatro periodistas juntos en plan de joda lo pongan para cagarse de risa y decir “oh, jo jo jo, que barbaridad, esto no se parece en nada a Van Der Graaf Generator”. Y la idea era que lo tiren a la basura inmediatamente, acordate.
4) USA RASTAS / SÉ UN ROÑOSO
Por alguna razón indeterminada hay un altísimo índice de mugrientos, rastosos y hippies tardíos en el sector demográfico rockero conocido como BDM (Bandas de Mierda). El cupo de sucios escuchables está cubierto con Karamelo Santo y, si agarrás mansito al periodista, algún grupo de reggae que no se llame Chala Rasta, Faso Venenoso o Completamente Del Orto. Los otros 68.948 que llegan cada semana van al tacho sin escalas.
5) AFILIATE A LA UMI Y PONE EL LOGO EN EL DISCO
Sáltennos con las manos al cuello si quieren, pero el 95% de los discos que llegan con el logo de la Unión de Músicos Independientes son de bandas cuya autoestima triplica o cuadruplica a su talento. Quizás paguen justos por pecadores, pero si te quemás con tres hornallas, ¿vas a meter la mano en la cuarta a ver si esa sí está fría? Mejor dejarlo stand by hasta que alguien venga con una opinión formada o directamente cedérselo gentilmente al personal de limpieza. Total, si al final resulta que estaba bueno, siempre hay tiempo para pedirlo de nuevo.
6) PONELE AL DISCO UN TITULO “COMBATIVO”
Estudio en Sociales, uso pulóveres de pelo de llama (sintética, claro), me voy de vacaciones a Valentín Alsina para estar en contacto con la masa popular y, cuando vuelvo, armo una banda y grabo un disco al cual bautizo El yugo capitalista, El sufrimiento de mi pueblo o ¡Uh, che, pero qué fea es la miseria! Resultado: desinterés periodístico garantizado. ¿Viste ese preciso instante en el que León Gieco usó por 7.293ª vez la palabra “injusticia” en una de sus canciones? Bueno, exactamente ahí se agotó la paciencia de la crítica especializada.
7) HACETE EL GRACIOSO
Caso real: Parado como un boludo de Monclús Ventosa y Corriendo en bolas de Sr. Valdéz llevan ya cuatro y dos años respectivamente juntando mugre, con nylon y todo, en la redacción de conocido medio rockero local. Si quiero chistes voy a ver a Corona, campeón. Y vos no sos ni un microbio en la uña del dedo chico del pie de Zappa, así que tu disco lo mando embolsado, Vía Camión, al Cinturón Ecológico, si no te jode.
8) PONELE AL DISCO UN PACKAGING INCÓMODO
Salvo que ya seas una banda conocida a la que se le banca cualquier cosa, meter tu disco en una caja de zapatos color caqui pegada sobre el lomo de un chingolito rengo, abrochado al occipucio de un enano vestido con la camiseta de Temperley solo generará incomodidad en el periodista, que no podrá ubicarlo debidamente en el mueble de caoba que encargó a tales efectos. Ergo: lo tira a la mierda.
9) HACÉ FUNK
Si desoíste todos los consejos anteriores, o tuviste la desgracia de encontrarte con un periodista con suficiente tiempo libre como para escuchar cualquier bosta que le llega, todavía estás a tiempo de espantarlo rápido: te bastan apenas cuatro compases de ese pseudo funk genérico argento, carente de groove y ni-un-poco-negro que suelen tocar, queriendo pasar por “eclécticas”, esas bandas a las que vas a ver para hacerle el aguante a un amigo en alguna sociedad de fomento, con la anticipada a 5 pesos, cuando tenés 17 años. Odio garantido.
10) HACE “MURGA N’ ROLL”
Con Jaime Roos estaba todo bien. A Los Piojos los bancábamos porque, bueno, era medio una copia, pero podía pasar por “adaptación al lenguaje musical rockero argentino”. Ya para la época de Libertinaje de Bersuit le empezó a romper las pelotas a todo el mundo. Y desde Las Pastillas del Abuelo para acá, cualquier cosa que tenga tambores es digna de usarse para practicar puntería desde el escritorio hasta el cesto. Tolerancia cero: si te hacés el murguero, felicitaciones, te van a dar la misma cantidad de pelota que si salieras a decir que sos el hijo no reconocido de China Zorrilla y Boy George.
Paparruchada y SEBUP firman acuerdo de intercambio de
contenidos
Paparruchada y SEBUP, firmaron ayer en Inglaterra un acuerdo de intercambio de contenidos y apoyo en coberturas periodísticas. Ringo Starr, Gerente de Producción y Director de Noticias de SEBUP y M.J., Editor Responsable y Presidente de Paparruchada, formalizaron este acuerdo durante una reunión en las oficinas de Paparruchada en Londres.
Bajo el marco de este acuerdo, Paparruchada y SEBUP podrán intercambiar libremente contenidos originales, producidos y difundidos por ambos, así como apoyar mutuamente sus esfuerzos de cobertura periodística en todo el mundo. A través de esta alianza estratégica, Paparruchada pretende potenciar sus capacidades para ofrecer contenidos informativos originales de calidad, desde una perspectiva alternativa a la de los grandes consorcios de la información. Se trata sin duda de un gran paso para Paparruchada y, por que no, para todos los pequeños consorcios (de información, de edificiones y de afines).
Bajo el marco de este acuerdo, Paparruchada y SEBUP podrán intercambiar libremente contenidos originales, producidos y difundidos por ambos, así como apoyar mutuamente sus esfuerzos de cobertura periodística en todo el mundo. A través de esta alianza estratégica, Paparruchada pretende potenciar sus capacidades para ofrecer contenidos informativos originales de calidad, desde una perspectiva alternativa a la de los grandes consorcios de la información. Se trata sin duda de un gran paso para Paparruchada y, por que no, para todos los pequeños consorcios (de información, de edificiones y de afines).
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