Todos por la Inseguridad: una marcha sin pancho ni coca

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Miedo. Pánico. Inseguridad.

Podría ser el anuncio de una película de ciencia ficción de los 50, pero es la realidad que todos los argentinos vivimos día a día. Y cuando digo todos, es TODOS: porque, si hasta hace poco tiempo los ciudadanos anónimos éramos los únicos afectados por este flagelo, ahora que hasta famosos de renombre como Carolina Baldini y Georgina Barbarossa sufren el acoso de cacos y malvivientes, puede decirse que nadie esá a salvo de ser asesinado, violado y cocinado (en ese orden) a plena luz del día.

Durante las últimas semanas, el tema cobró mayor notoriedad a raíz de las explosivas declaraciones al respecto de importantes celebridades (Susana Giménez, Mirtha Legrand, Marcelo Tinelli) y de otras que ya han perdido el brillo de sus años de gloria, pero aprovecharon el momento para volver a la escena pública (Brian Caruso, o "Gamuza" en Cebollitas, propuso la pena de latigazos y crucifixión; y Aki, el gametester de Top Kids, se mostró a favor de "cubrir las villas de napalm"). Estos comentarios despertaron la adormilada conciencia ciudadana de miles de usuarios de Facebook que, ni lerdos ni perezosos, promovieron una "marcha por la inseguridad" en Plaza de Mayo. A las ocho de la tarde de ayer, se calculaban en varios ceros la cantidad de pancartas con inscripciones como "estoy harto de que me maten", "Cristina montonera resentida" y "Hitler se quedó corto".

"¡Te matan por nada, te matan!", comentaba Silvia (47) de Caballito. "Te matan en el kiosco, te matan en el banco, te matan en tu casa, ¡y nadie hace nada!. Y una con nenas, que salen a bailar y no sabés si te vuelven violadas o endrogadas con la marihuana ésa que se aspira". Un sentimiento parecido expresó Horacio (53), de Flores, que llegó a la marcha ataviado con un casco militar, un chaleco antibalas, un protector anal y un látigo adherido a un bola de púas. "Es que así no se puede más; salís a comprar el Olé y no sabés si a media cuadra te puede apurar un pendejito de tres años con un misil antiaéreo. Yo no digo de que tengan que volver los militares, pero antes uno salía a la calle y no tenía miedo de que te secuestren, te decapiten o te contagien algo". Justo en ese momento sentí que alguien me decía al oído: "eh, amigo, con todo el respeto que me merecés, ¿no tení una moneda?". Asustado, me oriné encima y salí corriendo hacia el stand del grupo "El que mata tiene que morir". A lo lejos, vi a mi atacante preguntar: "¿pero cómo, esto no era una marcha por la inseguridad?", a lo que alguien respondió: "Tiene razón, ¡debería ser contra la inseguridad!". Esta confusión provocó un tumulto generalizado en el cual se registraron 25 heridos de arma blanca y 37 víctimas de rozamientos en zonas nobles. Inmediatamente, varios manifestantes sacaron sus laptops y procedieron a registrar el hecho en el Mapa de la Inseguridad de Francisco de Narváez, bajo la carátula "Gresca/Batahola/Orgía involuntaria".

Hacia el final del acto, la concurrencia habíase reducido notablemente, pero las velas blancas de la esperanza aún seguían encendidas. Una memorable actuación del Ballet Blumberg cerró la velada con su versión de la ópera Negros de pensamiento. Y, así, todos dijimos, en voz bien alta: "Basta de inseguridad".


(Publicado originalmente en Risas Grabadas por Sargento Pepe)

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