Entre feligreses que se hacían la señal cruz y señoras al borde del desmayo, el padre “Carlitos” aseguró que “él siente lo mismo por mí y por eso hemos decidido dejar el sacerdocio e irnos de luna de miel a Anillaco”.
El Arzobispo que rige las parroquias de ambos involucrados, monseñor José María Díaz Cambón y Obes (que se encuentra procesado por tres casos de pedofilia) prefirió no opinar, pero su vocero (que pidió no ser mencionado, ya que afronta dos juicios por paternidad) aseguró que “si son putos, mejor que se vayan, porque la Iglesia Católica no acepta gente rara”.
Al cierre de esta edición, los flamantes tortolitos viajaban hacia su soñada luna de miel, para luego tratar de iniciar una nueva vida como pastores adventistas en un remoto villorio de Minas Geraes.
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