Encarcelan a enano toca-culos

Desolaba la zona de Caballito y Liniers.

Ernesto Caraconcha es enano, y le gusta tocar culos. Se calcula que en el último año ha manoseado más de 9.000 traseros, siempre sin el consentimiento de la dama o el caballero toqueteado. Ahora la policía logró atraparlo en un mega-operativo que involucró a una veintena de efectivos que trabajaron encubiertos varias semanas en la zona norte de Caballito.
A pesar de que podrían aplicarle seis años de condena, a Ernesto parece no importarle su futuro. Al ser consultado por este medio sólo quiso aclarar que es el único hombre del país que le ha tocado el culo a Susana Gimenez en dos oportunidades, una vez cuando la conductora salía de votar en 1989 y otra mientras la diva hacía su programa en Telefe el año pasado. Al respecto declaró: “No me traigan a Pampita y todas esas, las tocás y es todo duro, como un músculo de ‘Pablo Charli’ (Pablo Echarri). Yo quiero carne, traiganmen carne”. Seguramente que en la cárcel este peculiar toca-culos tendrá mucha carne... Good luck in jail, Ernest!

La opinión de un experto, por Obdulio Dos Cardos *

Ernesto Caraconcha es enano y le gusta tocar culos. ¿Es eso un delito? Podría continuar varias líneas con la retórica pero prefiero llevar el razonamiento a lo concreto: si las leyes no respetan las necesidades de los enanos, ¿porque los enanos deben respetar las leyes?
Es muy sencillo acusar al pobre Caraconcha de toca-culos, pero ¿qué quieren que toque este humilde cordero de Dios sino lo que tiene más a mano? Las posibilidades de un enano de llamar la atención a alguien tocándole el hombro son nulas. ¡Cómo moñoñas quieren que se comunique!, ¿¡Como!? Una vez un enano me pateó el tobillo porque yo estaba pisándole el gamulán y el tipo no podía caminar. Era un gamulán chiquitito, un gamulán de enano. Y yo se lo pisé y me sentí mal, así que cuando me pateó el tobillo me juré a mi mismo y al Señor que iba a proteger siempre a los enanos y entonces fundé la asociación civil “Un gamulán para cada enano”, en donde hacemos gamulanes chiquititos usando gamulanes viejos que la gente nos dona. En “Un gamulán para cada enano” ayudamos a que la gente pequeña viva mejor. Ernesto Caraconcha no recibió su gamulán y terminó como terminó, por eso estas cosas nos hacen redoblar nuestros esfuerzos y para el próximo año queremos llegar a enanos del conurbano y Santa Fe. Hace unos meses me encontré por la calle con aquel enano al que le pisé el gamulán; le dije que había sido mi inspiración. Me respondió con una piña en los huevos que no olvidaré en mi vida. Desde entonces lo contraté como tesorero de “Un gamulán para cada enano”. Por eso yo pido que cada vez que un enano le toque el trasero, usted señora o señor, no lo vea como a un degenerado que lo quiere fornicar sino como una persona que desea comunicarse y, si usted acepta, hacer el amor toda la noche sin tapujos. No discriminemos a los enanos, ¡Démosles un gamulán!

*(vicepresidente hemérito de “Un gamulán para cada enano”)